¿Cuando debo llevar a mi hijo al ortodoncista?
Recomiendo a partir de los 3-4 años llevarlo a la consulta para realizar un diagnóstico precoz de anomalías esqueletales y/o hábitos, que a consecuencia de los mismos, los maxilares no puedan desarrolarse y crecer en forma correcta. Un diagnóstico precoz es fundamental.
A esa edad podemos encontrar:
Alteraciones en los huesos del maxilar o en la mandíbula.
Mandíbula muy salida.
Mentón poco salido (cara de pajarito).
Hábitos orales como chuparse el dedo o el labio.
Interponer la lengua o el labio al tragar.
También debemos fijarnos en:
Dientes anteriores que no contactan al morder.
Dificultades para masticar.
Dificultades para hablar.
Este tipo de alteraciones es conveniente diagnosticarlas y tratarlas lo antes posible.
¿Qué beneficios aporta hacer un tratamiento temprano?
Un tratamiento precoz nos permite:
Influenciar en el crecimiento mandibular en forma positiva.
Desarrollar arcadas armónicas.
Corregir los malos hábitos.
Acortar el tiempo de futuros tratamientos ortodóncicos.
Evitar extraer dientes permanentes por falta de espacio.
Corregir la mordida cruzada evita el desarrollo asimétrico de la cara.
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